miércoles, 20 de junio de 2007

Dichos populares 23

UN CLAVO SACA A OTRO CLAVO:
Esta locución quiere expresar que una pena se olvida con otra, especialmente en el terreno amoroso. La frase ya aparece en las “Tusculanas”, de Marco Tulio Cicerón (106-43 a.C.) al hablar de las penas provocadas por el mal de amor: "Novo amore, veteram amorem, tamquam clavo clavum, eficiendum putant" ('el nuevo amor saca al viejo amor, como un clavo a otro”). En el sur de España, particularmente en Andalucía, la locución que citamos es análoga a otra que es muy utilizada en el léxico popular en lo que concierne a los desamores : “La mancha de la mora con otra verde se quita”.

UN OJO DE LA CARA:
La primera persona que la utilizó, el conquistador Diego de Almagro, perdió un ojo en el asedio a una fortaleza inca. Al presentarse ante Carlos I se lamentó que "El negocio de defender los intereses de la corona le había costado un ojo de la cara". Tanto insistió en este hecho que pronto esta frase se difundió entre los soldados en referencia a algo peligroso o complejo, llegando así hasta nuestros días.

VER EL CIELO ABIERTO:
Esta locución se suele utilizar cuando se produce el fin de una situación de desgracia o se encuentra la solución a un problema. Probablemente proviene de un pasaje de los “Hechos de los Apóstoles” (VI y VII), en el que se narra el martirio por lapidación de San Esteban. Se cuenta que mientras los agresores recogían del suelo las piedras para lapidarlo, el santo elevó los ojos y vio “los cielos abiertos”, como esperando su acogida en el Paraiso. Otra versión alude al alivio del agricultor cuando ve que el cielo abre (desaparecen las nubes) después de una abundante lluvia

VER LOS TOROS DESDE LA BARRERA:
Esta frase está tomada del mundo de los toros y significa metafóricamente ‘hallarse frente a una situación difícil y optar por no intervenir en ella con el objeto de opinar o de prestar ayuda’. El origen de esta expresión alude a la barrera, que es la primera fila de asientos en la que se acomoda el público en la plaza de toros. Los espectadores que están situados en esta zona privilegiada tienen una magnífica visión, pero no corren peligro de que el toro llegue hasta ellos, aunque en alguna ocasión muy puntual, al saltar el toro sobre esa zona, haya sucedido lo contrario con el consiguiente riesgo para los espectadores situados en tan privilegiada posición.

VÉRSELAS NEGRAS:
El origen histórico de esta locución se remonta a la antigua Grecia y, en concreto, al procedimiento por el que los ciudadanos llegaban a ocupar cargos públicos. Estos se otorgaban confiando en el azar, mediante el sistema de extracción de "sortes" (bolas o pedacitos de madera marcados, que por otra parte, dieron origen a la palabra "sorteo") por los que se creía que se expresaba el oráculo. En este sistema, las bolas blancas simbolizaban la suerte venturosa y las negras, la suerte adversa. Esta interpretación mágica de las suertes se ha mantenido a través del tiempo y de él proviene la expresión "vérselas negras”, derivada a su vez de “tocarle a uno la negra”, expresión también muy utilizada en España y que, en el lenguaje coloquial, señala el infortunio de una persona en cualquier relación determinada por el azar.

VÉRSELE EL PLUMERO:
El origen de la expresión “vérsele el plumero” proviene, según antiguas fuentes, de una fábula de Esopo , la titulada “La corneja y los pájaros” y que se cuenta así : 'Un día Dios decidió elegir al pájaro más bello. Una corneja, sabiéndose poco agraciada, comenzó a recoger las plumas de colores que encontraba caídas, para con ellas hacerse un copete. Una vez presentada al concurso la corneja tenía un aspecto estupendo y a punto estuvo de ganar, pero... se le vio el plumero'. .- José María Iribaren, en su obra “El porqué de los dichos”, alude, en cambio, con respecto al origen de esta expresión, al penacho de plumas de mas de un palmo de altura que coronaba el morrión de los voluntarios de la Milicia Nacional española en 1820 y estaba referida a los que querían dárselas de liberales sin serlo. Don Práxedes Mateo Sagasta fue caracterizado así en una caricatura de un periódico de la época, tocado con el citado morrión y la siguiente leyenda : -¡ Don Práxedes! ¡ Qué se le ve el plumero!

VÍSTEME DESPACIO, QUE TENGO PRISA:
Esta locución tan popular ha sido atribuía a diferentes protagonistas de la Historia. Desde Carlos III a Fernando VII, pasando por Napoleón Bonaparte, una gran mayoría de los detentadores del poder político parece haber pronunciado alguna vez esta frase que, por otra parte, no es una genialidad y sí un hecho que muchos de los protagonistas de importantes acontecimientos históricos pudieron haberla utilizado en algún momento de su vida. La menos increíble de las versiones que circulan sostiene que fue el emperador Augusto (que cronológicamente, precede a los demás) quien solía exhortar a sus servidores diciéndoles "Apresúrate lentamente". Con el tiempo, la locución habría sufrido variantes, pero manteniendo siempre la vigencia con la que llegó a nuestros días y a través de la cual se aconseja a otra persona a que actúe con calma y tranquilidad en el momento más delicado de una situación, debido a que cuando se procede apresuradamente, lejos de abreviar problemas, esa premura suele entorpecer y malograr los mejores propósitos.

VIVA LA PEPA:
Con el paso del tiempo esta expresión popular ha cambiado de significado. Actualmente se le ha dado un sentido de desenfado y jolgorio y se aplica a quienes tienen un carácter despreocupado. Sin embargo, hasta hace relativamente poco tiempo, la expresión “¡Viva la Pepa!” era un grito subversivo empleado durante muchos periodos políticos. La frase venía a sustituir a esta otra: “¡Viva la Constitución de Cádiz!”. Ésta era conocida cariñosamente como la Pepa, porque fue jurada y promulgada el día de San José, el 19 de marzo de 1812. Dos años más tarde, el rey Fernando VII, tras su regreso a España, abolió la Constitución de Cádiz y se prohibieron los gritos a su favor. Es por ello por lo que los españoles que se oponían al absolutismo se referían a ella en clave gritando: “¡Viva la Pepa!”.

VIVIR DEL CUENTO:
Esta frase hecha significa vivir sin trabajar, vivir de la fama alcanzada, así como llevar una vida absolutamente confortable y ociosa, aunque también tiene el sentido de vivir parasitariamente, a costa de otra u otras personas. Su origen pudiera considerarse como crítica a los escritores que viven del éxito de sus obras y que a los ojos del resto de los ciudadanos no realizan un gran trabajo diario. Sería, pues, una crítica al trabajo intelectual, frente al trabajo manual que ha sido tradicionalmente más valorado por la sociedad.

ZAPATERO A TUS ZAPATOS:
El dicho se atribuye a Apeles, el célebre pintor griego. El artista acababa de terminar el retrato de un noble y lo expuso. Estaba ansioso por oír los comentarios de sus conciudadanos. Para escucharlos sin ser visto, se escondió detrás de un cortinado. Muchos fueron elogiosos, salvo los de un zapatero que criticó desfavorablemente la forma de los zapatos. Apeles reconoció que las críticas eran justas y corrigió el cuadro. Al día siguiente, el hombre volvió y, al comprobar que sus observaciones habían sido tenidas en cuenta, opinó sobre otros aspectos de la obra. Apeles, que nuevamente estaba escondido, apareció enojado y le dijo:"¡Zapatero, a tus zapatos!"; no estaba dispuesto a aceptar todas las críticas; una, que consideraba correcta, sí, pero eso no le daba al zapatero autoridad para seguir opinando sobre otros aspectos.

¡ABRETE, SÉSAMO!:
Esta locución suele utilizarse en sentido exclamativo, a modo de conjuro verbal ante una determinada acción que debe revelar un secreto oculto. Tiene un sentido mágico y procede del célebre cuento de “Alí Babá y los cuarenta ladrones” del legendario libro oriental de “Las mil y una noches”, de autor anónimo. “¡Abrete, Sésamo!” era la fórmula mágica que abría la puerta de la gruta en la que los ladrones eocultaban los tesoros objetos de sus robos.

Dichos populares 22

TENER MÁS CUENTO QUE CALLEJA:
De las personas cuya imaginación les lleva a fantasear la realidad de forma intencionada o no, suele decirse que “tienen más cuento que Calleja”. El origen de esta expresión alude a la figura de Don Saturnino Calleja y Fernández (1855-1915), fundador de la mítica Editorial que llevaba su primer apellido . A la temprana edad de 20 años, este burgalés afincado en Madrid fundó en la capital de España su célebre editorial, que se distinguió por la publicación de gran cantidad de libros de carácter pedagógico y recreativo. Calleja y Fernández fue conocido, sobre todo, por su ingente producción de cuentos infantiles. Entre los más conocidos figuran: “Las tres preguntas”, “Testigos con alas”, “El tesoro del Rey de Egipto”, “El anillo de Ginés” y “Chin-Pirri-Pi-Chin”.

TENER MUCHOS HUMOS O SUBIRSE LOS HUMOS A LA CABEZA:
Entre los romanos existía la costumbre de adornar el atrio de las viviendas con los bustos y retratos de toda su ascendencia, con el objeto de demostrar la extensión y la ranciedad de su linaje. Por efecto del humo y del paso del tiempo, los objetos decorativos iban adquiriendo una coloración oscura de la que los habitantes de la casa solían ufanarse, ya que cuanto más intensa era esa pátina de ranciedad, más crecía la respetabilidad de la familia, en base a la memoria de sus ancestros. Ese es el origen de la expresión “tener muchos humos” que hoy aplicamos análogamente para manifestar la fea actitud de quien actúa con engreimiento y presunción inmoderados. Derivada de la misma locución es la de “subirse los humos a la cabeza” y en el mismo sentido de arrogancia por el estatus económico o social adquirido por una familia o persona.

TENER NARICES:
La expresión “tener narices” tiene el sentido de indicar la valentía de una persona capaz de cometer, sin ningún titubeo, las empresas más arriesgadas. El origen de este modismo pudiera residir en el hecho de que cuando una persona toma la decisión de realizar un acto que supone una firme determinación, levanta la cabeza, con lo que la el organo olfativo queda en posición más prominente, de tal manera que se identifica la palabra “narices”, en compañía del verbo “tener”, con la voluntad de acometer una acción que entraña ciertos riesgos. Cuando la misma expresión de “tener narices” se utiliza en términos exclamativos y en tercera persona, denota asombro y sorpresa ante una acción determinada.

TENER PICARDÍA:
Se dice en el sentido de tener astucia y malicia y también actuar con engaños y burlas para obtener algún logro. Los eruditos señalan el verbo “picar” como origen del término “pícaro”, tan extendido en España durante los siglos XVI al XVIII. Término que adquiere singular relevancia en nuestra literatura de esas épocas con “Lazarillo de Tormes”, “Guzmán de Alfarache y el “Buscón”. De los protagonistas, pícaros, de tales obras literarias se decía que eran “pícaros de cocina”, por su aficción al acercamiento y disfrute de los fogones ajenos. “Tener picardía”, pues, deriva de la actuación astuta, trafullera y engañosa, de tales sujetos, y nada tiene que ver con el nombre de la región francesa del mismo nombre, la Picardía.

TENER VISTA DE LINCE:
A pesar de lo que pueda suponerse, esta expresión no alude a tan elegantes felinos, que están dotados de unas facultades ópticas notablemente desarrolladas. En realidad, la locución hace referencia a un personaje legendario llamado Linceo. Linceo era el hijo de Alfareo, rey de los mesenios. De él se decía que cuando estaba en su atalaya de Libia, era capaz de divisar cualquier flota de guerra que partiese de Cartago. Pero sus hazañas iban todavía más allá. Cuentan que era capaz de traspasar con la mirada todo tipo de objetos opacos.

TIRAR LA CASA POR LA VENTANA:
En el siglo 19, cuando alguien ganaba la Lotería Nacional de España se estilaba a que los amigos y familiares del afortunado fueran a su casa y, literalmente, arrojaran todas sus posesiones por la ventana. Esto en señal de la nueva vida de dicha persona.

TIRAR LOS TEJOS:
Se suele utilizar la frase “tirar los tejos” referida a la persona que se insinúa a otra intentando llamar su atención de alguna manera especial. El origen de esta expresión se remonta a los tiempos en los que se puso de moda un juego que consistía en el lanzamiento de un tejo con el objetivo de derribar un trozo o taco de madera colocado a cierta distancia. Alrededor de este espectáculo se reunían bastantes curiosos y los jugadores que no eran capaces de insinuarse directamente a la persona que les había llamado la atención, lanzaban el tejo a sus pies como manifiesto signo de interés.

TODO ES SEGÚN EL COLOR:
Esta popular locución suele emplearse en el idioma castellano para poner de manifiesto la relatividad de las contingencias de la vida. El origen de esta frase proverbial nace de la expresividad de un verso truncado extraído de un poema del poeta asturiano Ramón de Campoamor: "Al fin y al cabo, la de siempre. Todo es según el color del cristal con que se mira". En el léxico popular se acentúa con la expresión, más común, de que “nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira”.

TOMAR POR EL PITO DEL SERENO:
Los que son bastante mayores aun recordarán, como si fuera nuestra prehistoria, la figura del sereno, personaje castizo en otro tiempo en los grandes pueblos y ciudades de España. Los serenos eran unos vigilantes nocturnos que ejercían en algunas ciudades españolas (desde el 1777 en Valencia y desde el 1797 en Madrid) hasta fechas no demasiado antiguas del pasado siglo. Sus tareas eran diversas: vocear las horas en punto y el tiempo meteorológico, abrir las puertas de los inmuebles a los vecinos que regresaban a su domicilio durante la alta noche y la madrugada y mantener el orden. Comoquiera que el estado de nuestro cielo era por lo general sereno (claro, sosegado, sin nubes, estrellado...) era éste el grito más común del vigilante, por lo que pasó a denominar su oficio. Con palmadas y al grito de “¡sereno!” (al que el sereno solía responder “¡ya va!” era como los vecinos requerían sus servicios. También era el encargado de mantener el orden y avisar a los bomberos en caso de incendio o a la policía en caso de robo u otros altercados. Para ello contaban con un pito o silbato. Muchos serenos eran tan estrictos con su cometido que no permitían voces o algarabías en la calle, y hacían sonar el pito con el menor motivo. De modo que los pitos de los serenos se podían oír demasiado frecuentemente durante toda la noche, y los policías no acudían a sus llamadas. Como la policía no acudía, los vecinos dejaron de hacerle caso. Y como no servía para nada hacerlo sonar, dejaron de utilizarlo. Los serenos estaban armados con un chuzo o vara coronada por una punta de clavo (a guisa de lanza) y que hacían repicar contra las rejas para disuadir a los alborotadores. De esta herramienta nos ha quedado una gráfica frase, “llover chuzos de punta”, con la que se describe una copiosa lluvia.

TONTO DE CAPIROTE:
Es una expresión burlesca referida a la persona muy necia e incapaz. Gonzalo Correas, en su “Vocabulario de refranes”, incluye la expresión “bobo de capirote”, alegando que los bobos de esta clase son llamados así porque es común ponerles un capirote por burla o escarnio. El capirote es un cucurucho de cartón cubierto de tela que llevaban en la cabeza los disciplinantes en las procesiones de cuaresma y continúan llevando actualmente los nazarenos que participan en las procesiones de Semana Santa. Miguel de Unamuno, en un artículo publicado en 1923, decía que tonto de capirote "es el que con un capirote o bonete puntiagudo hace de tonto en las fiestas. Es un tonto de alquiler y casi oficial". Covarrubias señala que la palabra capirote no se refiere sólo al que llevaban los disciplinantes y se pone a los bobos, sino que es una cobertura de la cabeza de muy diferentes tipos, y utilizada con frecuencia por los médicos, los colegiales y universitarios (referido al birrete). Así pues, tonto de capirote es tanto como decir tonto graduado y que puede llevar el distintivo o capirote de doctor. Con el nombre de capirote se designa también al que suele ponérsele en la cabeza a las aves de cetrería para mantenerlas quietas, antes de echarlas al vuelo.

Dichos populares 21

SER UN PARDILLO:
En el lenguaje coloquial la expresión “ser un pardillo” viene a significar ‘ ser un inocente, un ingenuo’. Esta acepción deriva del término “pardillo” (‘ave del orden de las Paresiformes, de unos catorce centímetros desde el pico a la cola’) por la fragilidad que se le otorga a este animal, o bien de “pardillo” en el sentido de ‘aldeano, palurdo’, cuya falta de conocimientos facilita la estafa y el timo. Este último significado, el de incauto y fácil de engañar, es el que se recoge en el tantas veces citado “Diccionario de argot del español” de Besses de 1905.

SER UN RATÓN DE BIBLIOTECA:
La expresión “ser ratón de biblioteca” suele utilizarse para designar a los eruditos, a las personas que utilizan como método de investigación el estudio inquisitivo de los libros, y más literalmente a la personas estudiosas y calladas que prefieren el placer de la lectura a cualquier otra actividad de ocio, razón comparativa con la actividad del ratón, el inquieto roedor que silenciosamente busca completar su labor en rincones oscuros, a veces en la propia biblioteca.

SER UN SANGÜIJUELA:
La expresión “ser una sanguijuela” se suele utilizar para designar a la persona que se aprovecha ventajosamente de una situación. La “sanguijuela” es una especie de gusano propio de aguas dulces, provisto de una boca chupadora, que era utilizado en medicina antiguamente para provocar evacuaciones en la sangre de los pacientes enfermos, de ahí que se utilice esta expresión para designar a la persona que vive a costa de los demás, que “chupa” la sangre de los demás en su propio beneficio. El término ya se encontraba documentado en el "Diccionario de argot español" de Luís Besses (1905), aunque parece ser que en ese momento histórico la frase se aplicaba al comportamientos de ciertos funcionarios públicos.

SI DIOS QUIERE:
Este antiguo dicho o expresión popular presupone el deseo del enunciante de que un acontecimiento positivo, colectivo o personal, se llegue a cumplir, apelando a la intervención divina, en la enraizada creencia de la tradición católica española de confiar en la providencia de Dios. Generalmente se utiliza cuando un hecho con posibilidad de realizarse se prevé que suceda y se desea que nada entorpezca el normal desarrollo de su acontecer. Algunos escritores datan esta expresión de la época de los árabes, pueblo extremadamente religioso que utilizaba esta y otras fórmulas invocativas en relación a Dios. Otras expresiones análogas, como 'Dios le guarde muchos años', inciden en una idea similar.

SI LA MONTAÑA NO VIENE A MAHOMA…:
Mahoma convenció a sus seguidores de que a una orden suya se le iba a acercar una montaña desde la cual predicaría. La muchedumbre se reunió; Mahoma llamó una y otra vez a la montaña y cuando ésta no se movió de su lugar, el profeta dijo sin abochornarse: "Si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma irá a la montaña". Este texto no pertenece a ningún libro religioso ni procede de Oriente. Figura en los Ensayos de Sir Francis Bacon (1561-1626), filósofo inglés y canciller del reino, quien fue precursor del método experimental en la ciencia y uno de los más firmes adversarios del conocimiento dogmático y supersticioso de la Edad Medía.

SUBIRSE A LA PARRA:
Este viejo modismo castellano, “subirse a la parra”, se suele utilizar cuando se quiere indicar que alguien está enfadado o notoriamente alterado o, como reza otra vieja expresión, “se ha salido de sus casillas”. Con esta acepción se documenta ya en el “Diccionario de argot español “de Luís Besses (1905). También se aplica la expresión referida al mundo de las transacciones comerciales, cuando un mercader sube excesivamente los precios de los géneros en su establecimiento, normalmente tras un golpe de popularidad publicitario o aprovechando circunstancias ajenas al propio negocio.

TANTO MONTA, MONTA TANTO:
Aunque este dicho popular remonta sus orígenes a la Antigüedad clásica, tomó su actual significado en España durante el siglo XV, en la época política de los Reyes Católicos, que forjaron definitivamente la unidad de la nación española. En aquel tiempo el humanista y gramático Antonio Helio de Nebrija puso como símbolo de aquel reinado el eslogan: “Tanto monta, monta tanto”, que figuraba en un escudo en el que aparecen representados unas saetas, una cuerda que las enlaza a un yugo y rodeándolo todo el eslogan aludido, en clara alusión al alma y al cuerpo de los dos monarcas reinantes en paridad, Isabel y Fernando. El pueblo español acabó por hacer suya la frase con el significado y forma de : “Tanto Monta, monta tanto Isabel como Fernando”.

TANTO VA EL CÁNTARO A LA FUENTE QUE AL FINAL SE ROMPE:
Esta locución proverbial, de connotaciones pesimistas, suele emplearse para indicar el resultado negativo de una situación incierta que se repite una y otra vez. Cervantes la cita en “Don Quijote de la Mancha” advirtiendo que el que frecuentemente se expone a situaciones de peligro, termina por ser perjudicado. En el lenguaje coloquial se utiliza análogamente para expresar situaciones que exasperan la paciencia o erosionan la confianza de una persona.

TENER DUENDE:
Este dicho se utiliza, más frecuentemente que en ningún otro lugar en la Comunidad de Andalucía, para designar a la persona que tiene un encanto especial (sinónimo, también del léxico andaluz, de tener ángel) o que está capacitado para el arte en alguna de sus manifestaciones. La inspiración se ha comparado muchas veces con un “duende” escondido que habita en algún lugar del alma del artista, al que pone en estado de gracia, y que es el que activa el proceso creativo. La expresión“tener duende” se hizo muy popular tras su utilización por parte del poeta Federico García Lorca en un célebre discurso que tenía como tema “El duende en el arte flamenco” y en el que alababa las virtudes artísticas y casi mágicas de la famosa cantaora Niña de los Peines.

TENER MALA PATA:
Esta frase hecha se utiliza como expresión de la mala suerte que una persona puede tener en las contingencias de la vida. Existe la creencia de que las patas de algunos animales, especialmente la pata del conejo, traen buena suerte y por eso suelen utilizarse como amuletos en algunas culturas. En el caso de la expresión “tener mala pata” significaría, en su sentido original, que el uso de la pata de conejo no ha producido el efecto deseado, sino el contrario. Relacionada con esta locución estaría la superstición netamente española de “levantarse con el pie derecho”. Hay quienes atribuyen este acto a propiciar un día favorable, mientras, si las circunstancias no han sido propicias, se emplea la expresión contraria : “levantarse con el pié izquierdo”.

Actualizacion

Pues nada ya he actualizado el blog como me pedian por los comentarios!!!

He puesto bastantes dichos populares de todos los que llevaba atrasados que dije que pondria uno cada dia pero hace mas que no lo cumplia... asi que los dejo en el 15. Y ahora si que puedo meter un paquetito cada dia con nuevos dichos populares que en el curro parece que de momento me dejan respirar.

Ya se terminaron las dichosas facturas del horror!!! Hasta nuevo aviso que sera dentro de dos semanas o asi... :S pero espero que esas no me den tantos problemas y pueda meterme en el blog para actualizar lo de las frases y algo mas que se me ocurra.

Como podeis comprobar ya vamos por la N asi que ya queda menos para el final!!! Y si conoceis alguna distinta de las que estan puestas que empiece desde la A hasta la N ponerla en los comentarios. Gracias ;)

Dichos populares 20

SEMBRAR CIZAÑA:
“Sembrar o meter cizaña” es “ocasionar disensiones o lanzar rumores o noticias que inquieten a los que estaban tranquilos y enemisten a los que eran amigos”. Debe su origen a la enorme influencia del léxico religioso en la lengua, y muy especialmente en nuestro idioma castellano. Esta popular expresión alude, concretamente, a la parábola de Jesucristo que aparece en el Evangelio de S. Mateo, cap. XIII, vers. 24 y siguientes: "El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena simiente en su campo. Pero al tiempo de dormir los hombres vino cierto enemigo suyo y sembró cizaña en mediodel trigo, y se fue...". La cizaña es una hierba semejante a la avena, que nace espontáneamente junto al trigo y que es muy nociva para su crecimiento y desarrollo.

SER CABEZA DE TURCO:
Esta expresión alude a quien resulta objeto de acusaciones o responsabilidades y sujeto unilateral de las mismas, siendo culpado, generalmente, por las acciones de todo un grupo. Proviene, probablemente, de tiempo de las Cruzadas, cuando los cristianos se dedicaban a cortar las cabezas de los turcos como quien pela patatas. Otro posible origen puede proceder de la batalla de Lepanto (7 de octubre de 1571), cuando el almirante turco Alí Bajá fue decapitado por un galeote cristiano con su hacha de abordaje, tras una rebelión de los cristianos prisioneros que navegaban en las galeras turcas. Aquel célebre episodio de Lepanto terminó con una escabechina : sólo 50 de las 300 naves turcas pudieron escapar y se contaron por miles las cabezas de turco que cayeron bajo los filos de las espadas cristianas.

SER CULO DE MAL ASIENTO:
Este viejo dicho se aplica a los inconstantes, a los que no se sujetan a un trabajo por mucho tiempo, a los que van de acá para allá, como los nómadas, sin tener una morada fija. Pese a lo que pudiera imaginarse, este modismo no se refiere a la parte corporal trasera del hombre, a las posaderas, donde acaba la espalda, sino que alude al "culo" o base de recipìentes y vasijas, que cuando no es absolutamente plano, hace que áquellos/as bailen y no guarden el equilibrio correcto. En Andalucía se utiliza este dicho aplicando el diminutivo : “ser culillo o culito de mal asiento”.

SER DE BUENA PASTA:
Este modismo alude a la persona de carácter apacible y a la persona llana. Si atendemos al último de los significados antiguos de esta expresión, recogido en diferentes versiones del DRAE (persona llana y de carácter “blanco”, dicho en sentido figurado) y en relación con otra de las acepciones de la palabra pasta, indica buena índole, lo que es tomado por blandura en el genio, sosiego o pausa en el obrar o el hablar. En tal sentido esta frase hecha alude a la blandura de la masa, aplicada metafóricamente al carácter y al genio de las personas.

SER MAS CHULO QUE UN OCHO:
Con esta frase popular, originaria del Madrid castizo y zarzuelero, se pretende alabar la majeza de una persona. Su origen puede provenir del tranvía número ocho, que a principios del siglo XX hacía el recorrido entre la Puerta del Sol y el barrio de Manzanares. El dicho viene de la chulería y guapeza de los majos y manolas que solían utilizar el citado tranvía para trasladarse al Paseo de San Antonio de la Florida los días de la romería del santo que da nombre al citado Paseo.

SER PÁJARO DE MAL AGÜERO:
Esta expresión se utiliza para designar a las personas que suelen generar desconfianza o recelo. La palabra “agüero” se refiere a los presagios que algunos pueblos, como en la antigüedad clásica Grecia y Roma, deducían de ciertos indicios o señales, como el canto o el vuelo de las aves y los fenómenos meteorológicos. En este sentido, cuando se dice que alguien es “pájaro de mal agüero” se quiere significar que esa persona no es fiable o digna de confianza, aunque existe otra interpretación de esta frase referida coloquialmente al sentido supersticioso de “gafe”, persona que genera mala suerte, que tiene “mal fario”.

SER UN CAFRE:
El apelativo cafre se aplica a toda persona o situación que encarna lo puesto a la civilización y la cultura. En realidad, se llaman cafres a los habitantes de Cafrería o País de los Cafres, grupo de pueblos bantúes que habitaban la región oriental de Africa del Sur, en El Cabo Natal. La cafrería es un nombre de origen árabe con el que los geógrafos de los siglos XVII y XVIII denominaban a la parte de Africa situada al sur del Ecuador poblada por infieles, es decir, no musulmanes.

SER UN CHUSMA:
"Chusma! proviene del genovés antiguo “ciüsma”, y este del griego “???e?sµa”, canto acompasado del remero jefe para dirigir el movimiento de los remos. En términos generales la palabra “chusma” se refiere a un conjunto de gente soez y vulgar, según el DRAE. Sin embargo hemos encontrado una página de frases argentinas en la que el significado de “ser un chusma” es “ir con cuentos o chismes, sembrar rumores”. Chusma, según esta página argentina, es una palabra usada en la pampa. Lo dicen como si la pampa fuera un mapamundi y no existiera la influencia del idioma castellano. En la tribu, según estos señores argentinos, la "chusma" estaba integrada por los no combatientes: mujeres, niños y enfermos. Ante los soldados blancos, hablaban en voz baja. Despectivamente, se asoció chusma con chisme. Los conservadores hablaban en 1916 de "la chusma radical".

SER UN DISCO RAYADO:
Esta locución, de muy frecuente uso, se utiliza para referirse a las personas reiterativas, las que repiten una y otra vez los mismos argumentos en torno a determinada cuestión y establece una similitud con el ruido chirriante y reiterativo que emitían los antiguos discos gramofónicos. Es sabido que cuando un disco de vinilo se raya, la aguja del tocadiscos no consigue leer correctamente la información musical de la pista y queda enganchada en ese punto repitiendo una y otra vez los mismos sonidos.

SER UN GALLINA:
Se dice que alguien “es un gallina” cuando demuestra una actitud cobarde ante una situación, cuando no tiene el valor suficiente para afrontarla. Las gallinas son animales de corral que se suelen vincular a comportamientos cobardes que en este caso se trasladan metafóricamente a los seres humanos. Esta acepción ya se atestigua desde 1905 en el tantas veces citado “Diccionario de argot español”de Besses. Frente a la acepción anterior, se dice que alguien “es un gallito” o un gallo, cuando es un bravucón, cuando siempre anda presumiendo de sus capacidades frente a los demás y va buscando la confrontación con los otros. Tiene su origen en la actitud de los gallos en el corral y por el sonido tan fuerte que emite este animal cuando se pavonea orgulloso de un lado a otro. La locución “ser un gallo” también se atestigua desde 1905 en el “Diccionario de argot español" de Besses.

Dichos populares 19

¡QUIÉN TE HA VISTO Y QUIÉN TE VE!:
Según testimonio del que fuera obispo de Mondoñedo, fray Antonio de Guevara, en tiempos de las revueltas de las Comunidades de Castilla había en un pueblo de Ávila un clérigo de origen vasco, partidario y ferviente defensor del líder de la revuelta Juan de Padilla, a quien señalaba desde el púlpito como "verdadero rey de Castilla, y no el tirano que ahora nos gobierna". Pero sucedió que poco tiempo más tarde el propio rebelde Juan de Padilla apareció con sus tropas comuneras y devastó las bodegas del lugar para abastecer a sus huestes. Cuando huyeron con el botín, el clérigo del lugar subió de nuevo al púlpito y habló al pueblo, pero ahora con un mensaje distinto, diciendo "habéis visto cómo pasó por aquí don Juan de Padilla y cómo sus soldados no me dejaron gallina viva, ni tocino, ni estaca, ni tinaja sana. Os digo esto porque, de aquí en adelante, no deberéis rogar a Dios por él, sino por el rey don Carlos nuestro señor y la reina doña Juana, únicos reyes verdaderos...". Desde entonces la gente comenzó a aplicar la frase “¡quién te ha visto y quién te ve!” para referirse al sentimiento que despierta una persona que se retracta de opinión al cambio de las tornas de su vida.

RENACER DE LAS CENIZAS:
La idea de volver a alzar vuelo después de una gran crisis suele ser alegóricamente expresada mediante la antiquísima leyenda egipcia del ave Fénix. Un pájaro fabuloso de brillante plumaje dorado y escarlata que emitía un canto muy melodioso y cuya vida se extendía -las versiones difieren- entre los cinco y los once siglos. Antes de morir, el Fénix -del que existía un único ejemplar-, se preparaba un nido hecho con ramas de árboles raros y hierbas aromáticas al que se prendía fuego, y el ave se extinguía entre sus llamas. Resucitaba muy pronto de las cenizas, intacta y rejuvenecida, para vivir otra vez por siglos. La creencia -que evoca la muerte diaria del sol y los otros fuegos de un nuevo amanecer- dio lugar al dicho “renacer de las cenizas" y a su equivalente, menos empleado, "ser como el ave Fénix”. Una metáfora que condensa el destino de aquellos que, tras un fracaso que se creyó definitivo, retoman con el fervor y la fortuna que suponían para siempre incinerados. El nombre del ave también se aplica a quien, por sus cualidades, excede la comprensión humana.

SACANDO DE LA "MANGA":
Del término “manga”, procedente del latino “manica”, se usan en nuestro idioma diferentes expresiones como las que siguen : “Bajo manga”, bajo cuerda o secretamente. “En mangas de camisa”, sin chaqueta u otra prenda que cubra la camisa. “Hacer mangas y capirotes”, que, referido a una persona, significa actuar a su antojo (con las preposiciones “de” o “con”). “Manga ancha” y su antinómico “manga estrecha”, en los sentidos de tolerancia o intolerancia excesivas, hablando en términos morales. “Manga por hombro”, alude a una situación de desorden, anarquía y desorganización totales. “Más corto que las mangas de una chaqueta”, que es construcción de sentido comparativo utilizada para ponderar la cortedad intelectual o pobreza de espíritu de una persona. “Sacarse de la manga”, inventarse o hacer que surja algo como por arte de birlibirloque, por sorpresa, como el conejo de la chistera del mago. “Tirar de la manga”, tratar de influir o presionar a una persona con la amenaza de sacar a la luz o hacer público un determinado hecho negativo.

SACAR DE SUS CASILLAS:
Este dicho popular proviene del antiguo juego de las Tablas Reales, juego de tablero muy semejante a las actuales Damas. En el citado juego la palabra casa está referida a unos semicírculos huecos cortados en la misma madera a los lados del tablero en los que se van colocando las piezas para ocupar las casas o casillas según las suertes de los dados. El juego consistía en encontrar una casa o casilla vacía donde entrar, y en el caso de que se hallara ocupada el que viene detrás con una pieza la puede desplazar del juego, “la puede sacar de su casilla”.

SALIR A LA PALESTRA:
Suele utilizarse este modismo para significar el hecho de que una persona va a subir a determinada tribuna o escenario para actuar o para dirigirse de viva voz al público, si bien su significado literal es el de “salir al lugar en el que se ha de competir o demostrar la propia capacidad de una persona” . “Palestra”, de origen latino y que en el italiano actual significa ‘gimnasio’, era una especie de patio porticado, en el que griegos y romanos solían practicar determinados deportes, aunque también era utilizado como escenario en el que se celebraban concursos literarios, reuniones o discusiones en público. Relacionado con este modismo es el de “saltar a la palestra”, que viene a significar “pasar a ser objeto de debate o comentario público”.

SALIR DEL ARMARIO:
La expresión “salir del armario” es relativamente moderna y viene a indicar que una persona confiesa públicamente su verdadera condición homosexual que hasta entonces permanecía oculta, aún a riesgo de hacer frente a las consecuencias de dicha confesión. Procede de la expresión inglesa 'to have an skeleton in the closed', lo que se traduciría como 'tener un esqueleto en el armario' y que vendría a significar lo que nuestra vieja expresión 'los trapos sucio se lavan en casa”, es decir tener algo vergonzante que no se quisiera mostrar en público. De ahí que salir del armario indique aceptar públicamente la homosexualidad sin vergüenzas ni complejos.

SALTARSE ALGO A LA TORERA:
El sentido de esta locución está referido a la persona transgresora, que no cumple un deber o una obligación determinados. Su origen proviene de los antiguos juegos del toro, antecedentes de las actuales corridas, uno de los cuales consistía en llamar la atención del toro con una pértiga y cuando el animal se acercaba de forma peligrosa, el participante del juego tomaba impulso y, clavando la pértiga en la arena, saltaba por encima del astado, por lo que se le denominó “salto a la torera”(y, en otra parecida suerte, “salto de la garrocha”) que Francisco de Goya inmortalizó en uno de sus famosos grabados.

SALVARSE POR LOS PELOS:
¿Creían que era porque un pelo es algo muy fino, y de allí venía el dicho? estaban en un error. Este dicho viene porque en la antigüedad los marineros cuando caían al agua generalmente eran agarrados y subidos de los pelos. Por esta razón solían dejarse el cabello lo más largo posible, el cual, al hundirse el cuerpo, quedaba flotando y era un excelente punto de agarre.

SE ARMÓ LA GORDA:
La Revolución Unionista de 1868, a consecuencias de la cual la reina Isabel II se vio forzada a abandonar el poder, vino precedida de un insistente rumor callejero, en el que utilizando la muy castiza expresión de la Gorda, se proclamaba a los cuatro vientos la inevitabilidad de los acontecimientos. Es decir, la gente aludía a la Gorda como un hecho consumado, como una cosa ya hecha: la Gorda ya está en camino... se va armar la Gorda... hasta que, finalmente, en septiembre de ese año, verdaderamente, se armó la Gorda con el pronunciamiento militar del marino Juan Bautista Topete y Carballo en Cádiz y de Primo de Rivera en Madrid. Históricamente, el hecho tomó el ostentoso nombre de “La Gloriosa” pero su duración fue efímera; no así el castizo alias que el pueblo le adjudicó: “La Gorda”, expresión que luego extendió su uso al lenguaje familiar, cuando alguien quiere referirse a cierto hecho ruidoso o de mucha trascendencia que puede sobrevenir (“se va a armar la gorda”) o que sobrevino, o bien ante una situación de extrema gravedad.

SE LA DIO CON QUESO:
Este dicho viene del problema que representaban los roedores en los pueblos Medievales, y hace referencia al hecho de armar la trampa ratonera poniendo un queso como carnada.

Dichos populares 18

PONERSE LAS BOTAS:
Hubo un tiempo en el que el calzado era signo distintivo de la clase social a la que pertenecía el individuo. Entre los romanos y los bizantinos existían normas muy estrictas al respecto y de hecho, esas diferencias se mantuvieron vigentes por mucho tiempo. Mientras las botas eran de uso privativo de los caballeros ricos y poderosos, el zapato bajo estaba reservado al pueblo llano. De ahí nació la expresión “ponerse las botas”, utilizada para poner de manifiesto el ascenso en la escala social de quien, por virtud de un golpe de fortuna, podía acceder al uso de las botas. Por supuesto, ese progreso sólo podía verificarse en un integrante de la clase baja ya que los nobles siempre habían usado botas. La locución conserva en estos tiempos el mismo sentido, si bien ha adquirido –metafóricamente y por la que se ha llamado “cultura del pelotazo”- otra intencionalidad, aplicándose a las personas que medran y se enriquecen en base a actuaciones no del todo claras o lícitas, por lo que en la actualidad la frase suele usarse con referencia a individuos que, aprovechándose de una situación ventajista o de una oportunidad o de una información privilegiada, se enriquecen desmedida y no lícitamente.

POR ENÉSIMA VEZ:
Esta expresión tiene su origen en el lenguaje matemático, y más concretamente, procede del álgebra, y expresa el número indeterminado de veces que potencialmente puede repetirse una cantidad. En el lenguaje común se aplica, de modo análogo y con sentido peyorativo, a cualquier aseveración o advertencia que, al no ser entendida o desobedecida, debe repetirse una y otra vez con insistencia hasta su cumplimiento final.

POR H O POR B:
Esta es realmente simple, y así y todo, no me la hubiera imaginado nunca. Las letras h y b son las que más problemas traen a los niños durante su etapa escolar. Es muy normal que siempre, al escribir un dictado de la maestra, los chicos fallen en las palabras que llevan una h o una b. Por esta razón decir “por h o por b” significa haber errado por tal o cual cosa, sin querer dar muchas explicaciones.

POR SI LAS MOSCAS:
Esta expresión es sinónimo de “por si acaso, por lo que pudiera ocurrir” y tiene un claro significado preventivo que, en ocasiones, se acentúa afirmando : “por si las moscas pican” ('desazonan, incomodan, abrasan'). El origen de esta expresión tal vez pueda estar en la leyenda que cuenta que las moscas conocidas con el nombre de "moscas de San Narciso" brotaron repentinamente en 1285 de la tumba de este santo gerundense y atacaron al ejército francés, que al mando de Felipe 'El Atrevido', se disponía a sitiar la ciudad de Gerona. Las famosas moscas levantaron el pánico y contagiaron la peste entre los invasores, quienes tuvieron que levantar el sitio mientras salían espantados.

PUÑALADA TRAPERA:
Suele utilizarse este dicho acompañado del verbo “dar” y tiene el sentido figurado de “cometer una traición”, “defraudar” y/o “preparar una emboscada a una persona confiada”. La expresión nada tiene que ver con la profesión de trapero, que nunca tuvieron fama de asesinos y traidores. Se refiere la frase al desgarrón de ropa cuando se rompe. “Puñalada trapera” es, en su origen, una herida o desgarrón grande que se realiza con un cuchillo o con un puñal. En un principio esta frase no tenía el sentido de alevosía y traición que adquirió con posterioridad. Tal carácter lo asume cuando el asesino, por su acción vil y precipitada, no da una puñalada limpia sino que produce un desgarro en la ropa o en la carne.

QUE LE DEN MORCILLA:
Se trata de una expresión despectiva, castizamente española, utilizada en el sentido de injuria o agravio. Su origen se remonta al antiguo método utilizado para eliminar a los perros vagabundos de los que se sospechaba que podían tener la rabia. Tal método consistía en darles de comer a los canes morcillas envenenadas con estricnina o con cualquier otro tipo de veneno. Con el paso del tiempo el acto dio lugar a la locución tal como hoy es utilizada en su sentido de desprecio y ofensa.

QUEDAR A LA ALTURA DEL BETÚN:
Se utiliza esta frase hecha para expresar que una persona ha quedado muy mal considerada o que su reputación se ha visto destruida tras el desenlace negativo de una situación o de un asunto. El modismo, de frecuente uso, guarda relación con el “betún” que se aplica los zapatos, que están a la altura del suelo, con el objeto de darles lustre y brillo, con lo que se indica que la reputación de una persona ha caído de forma ostensible a los ojos de los que la conocen. Un sinónimo de esta frase es la de “ quedar por los suelos”.

QUEDARSE CON UN PALMO DE NARICES:
Se utiliza esta locución para referirse a la situación de una persona que se ha quedado frustrada en un objetivo que aspiraba a conseguir. Este dicho tiene su origen en la unidad de medida “palmo”, que aludía a la distancia entre el extremo de los dedos pulgar y meñique de una mano al extenderse. La expresión podría estar posiblemente relacionada con la forma de burla que consiste en colocar el dedo gordo en la punta de la nariz, extender la mano y mover los dedos. También podría ser sinónimo de ‘quedarse como un tonto’ en referencia a las grandes narices que utilizan, en el teatro o en el circo, los personajes cuya misión era hacer reír al público en sus papeles de graciosos.

QUEDARSE DE PIEDRA:
El diccionario explica esta expresión como "quedarse sorprendido, en suspenso o admirado por haber visto u oído alguna cosa extraordinaria o inesperada". Antiguamente se decía “quedarse hecho piedra” y hoy, análogamente, la expresión ha sido simplificada en su sentido cuando se dice “quedarse de piedra” . En todo caso la expresión se remonta (y de ahí el símil pétreo) al Antiguo Testamento de la Biblia cuando refiere que la mujer de Lot se quedó convertida en estatua de sal por detenerse a contemplar desde la distancia de su huida el incendió que acabó con la ciudad de Sodoma.

QUEDARSE PARA VESTIR SANTOS:
Es curioso como en la comunidad hispanohablante de un lado y otro del océano, el significado de ciertas expresiones coloquiales es absolutamente distinto o no tiene ninguna relación, según el país de donde dicha locución proceda. En el castellano de España, la frase “quedarse para vestir santos” suele aplicarse a la mujer soltera a la que se le pasa la edad para contraer matrimonio. Eso sucedía, claro, en el contexto sociológico de otros tiempos, sin los cambios que han sobrevenido y que han afectado al estatus e independencia de la mujer de ahora. En cambio, la misma frase en la Argentina significa quedarse sin dinero, sin recursos económicos y también adquiere el sentido de ser víctima de un desastre.

Dichos populares 17

PARA EL LADO DE LOS TOMATES:
La planta de tomates es un vegetal muy problemático para los horticultores. Esta suele contaminarse con todo tipo de hongos y parásitos que, si no son tratados a tiempo, no sólo matan a los tomatales sino que además al resto de las plantas sembradas. Razón suficiente para que los horticultores las planten bien alejadas del resto de las plantas. Es por esto que decir “se fue para el lado de los tomates” significa algo así como decir que se fue muy lejos del significado real.

PELILLOS A LA MAR:
La locución proviene de una remotísima costumbre : el hecho de arrancarse algunos pelos de la cabeza y arrojarlos al viento como significado de reconciliación. Entre los griegos del período clásico se hizo popular tal hábito y así se menciona en la "Iliada", de Homero durante las ceremonias del rapado de corderos y el aventado de sus lanas. Hasta tiempos bastante cercanos era habitual que los niños andaluces, cuando querían zanjar sus diferencias, depositaban los pelos que se habían arrancado de la cabeza en la palma de la mano y, soplando, exclamaban: "Pelillos a la mar", en alusión a que el viento habría de llevarse también las disputas hacia el inmenso mar, lo mismo que se llevaba los pelitos. Trasladada al lenguaje común, la frase mantiene su primitivo significado y se la usa en el sentido de allanar o limar diferencias en las relaciones personales..

PENDER DE UN HILO:
El dicho “pender de un hilo” entraña en su significado estar acechado por un gran riesgo o amenaza, temor a una posible desgracia o estar en alerta con sobresalto y duda, esperando un acontecimiento negativo. Tal locución está firmemente relacionada con la expresión 'cortar el hilo de la vida', que no es otra cosa que matar, y 'pender la vida de un hilo'. Proviene de la mitología griega, y hace referencia a las Parcas. Éstas tres hermanas hilaban y cortaban el hilo de la vida del hombre con su rueca. Clotho, la primera y más joven, recogía el momento del nacimiento y tenía el hilo del destino de los hombres. La segunda, Lachesis, era quien dirigía el curso de la vida. Atropos (la realmente conocida como 'la Parca'), se dedicaba a cortar con sus tijeras el hilo.

PEPE:
En los conventos, durante la lectura de las Sagradas Escrituras al referirse a San José, decían siempre "Pater Putatibus" y por simplificar "P.P.". Así nació el llamar "Pepe" a los José.

PERDER EL NORTE:
Aplícase este modismo a la persona que pierde la razón y se comporta de manera desordenada y errática, como si no supiera donde está ni de que se ocupa. También tiene el significado de perder el sentido de la orientación o de la realidad. Este modismo es una figuración, en su origen, del arte de la navegación y del papel desempeñado por la Estrella del Norte o Estrella Polar en la orientación de los navegantes, especialmente en la Antiguedad. En sentido contrario al literal de este modismo está el de “dar norte”, que es dar orientación o información de algo o de alguien.

PISAR EL PALITO:
Cuando, inducido por otros, alguien hace justo lo que lo perjudica, suele decirse que ese individuo "ha pisado el palito". La frase vale se debe a una jaula-trampera que hasta no hace mucho se vendía en los comercios. Tenía una suerte de puertita o ventana rebatible provista de una barra corta o palito. Junto a ese apoyo se colocaba agua, lechuga y alpiste como cebo para que se posara algún pájaro suelto. Ni bien lo hacía, su peso ponía en acción un resorte que desplazaba rápidamente esa parte de la jaula dejando encerrada a la presa. José Gobello, por su parte, atribuye el dicho a los ladrones de gallinas. De noche, éstos metían una vara en el gallinero, el animal se agarraba al palo dejando así que los ladrones lo retiraran en silencio. Nada impide que ambas versiones se ajusten a la verdad. Al igual que las aves de corral y los pajaritos, nadie está libre de portarse incautamente. Y nunca falta gente de mala fe dispuesta a hacer que alguien pise en un descuido el palito de la ingenuidad.

PONER LAS MANOS EN EL FUEGO:
En los antiguos pueblos paganos de la Germania existía la costumbre de realizar juicios ante los Dioses cuando surgía un litigio entre dos personas. Una de las formas más comunes de ver si ésta persona estaba siendo sincera era ponerle un fierro caliente en sus manos, o alguna otra parte del cuerpo. Si la persona salía corriendo significaba ser culpable.

PONER LOS PUNTOS SOBRE LAS IES:
Durante el transcurso del siglo XVI fueron introducidos los caracteres góticos en la escritura común. Entonces, los copistas -importantísima profesión en esa época- adoptaron la práctica de poner una pequeña tilde sobre la “i” minúscula, para evitar que la presencia de dos de estas letras seguidas fuese confundida con una "u". Esta innovación no fue bien recibida por todos los escribas de la época y por algunas de las personas letradas, de manera que comenzaron a discrepar con la medida; tanto fue así, que para muchos, la acción de poner los puntos sobre las íes no pasaba de ser una prolijidad ociosa, propia de personas excesivamente meticulosas y maniáticas del esmero. Con el correr del tiempo este concepto fue desplazado por el que tiene la frase en la actualidad, es decir, ejecutar todo muy detalladamente, sobre todo lo que normalmente se hacía de manera imprecisa, aunque entre nosotros suele aplicarse a la persona que siente la necesidad de aclarar determinada situación porque prefiere las cosas transparentes.

PONER PIES EN POLVOROSA:
A pesar de que no puede afirmarse con certeza, todo lleva a pensar que el origen de esta expresión alude a un hecho bélico histórico protagonizado por el rey de Asturias y León, don Alfonso III. Al parecer, este monarca estaba bastante preocupado por las incursiones de los moros en su territorio y un buen día resolvió poner punto final a las tropelías de los sarracenos, para lo cual, salió a cortarles el paso a orillas del río Orbigo, en una región conocida como los Campos Palentinos de Polvorosa. Luego de una compleja, cruenta y exitosa contraofensiva del monarca astur, el ejército islámico debió dispersarse en fuga desordenada, de donde la conocida expresión poner pies en Polvorosa comenzó a aplicarse con valor de huida brusca y precipitada. Otras versiones, un poco menos documentadas, remiten el origen de este dicho -en sentido figurado- a la polvareda que levanta alguien cuando huye; también aluden a que en el lenguaje de los delincuentes (germanía) se llama polvorosa a la calle. En la actualidad, aunque un poco menos difundida, esta expresión es utilizada en el mismo sentido.

PONERLE EL CASCABEL AL GATO:
Según la página “1de 3” esta expresión se refiere a la impotencia de los más débiles para tomar precauciones frente a los más fuertes que abusan de ellos. También para referirse a la realización de una tarea complicada o peligrosa, para la que es prácticamente imposible encontrar un ejecutor. El origen de esta expresión parece estar en un cuento popular, recopilado en el siglo XIV en el “Libro de los gatos”, que es un manuscrito que se encuentra en la Biblioteca Nacional de España, cuyo cuento número 55 lleva por título “De los mures con el ratón” en el que los ratones discuten en consejo como prevenirse de las amenazas del gato y uno de ellos propone ponerle al felino un cascabel o una esquila para avisar de su llegada, a lo que ninguno de los ratones se atreve. Felix María de Samaniego, en su Fábula VIII, aporta otra versión de este cuento.

Dichos populares 16

NO SE GANÓ ZAMORA EN UNA HORA:
La hija de Fernando I, Doña Urraca, recibió a la muerte de su padre el señorío de Zamora. Su hermano, el rey don Sancho II de Castilla, llamado el Bravo, deseoso de arrebatarle tan preciada herencia, sitió la ciudad zamorana. Pero ésta fue bravamente defendida por Doña Urraca durante 6 meses, hasta que el traidor Vellido Dolfos asesinó por la espalda a don Sancho, el 6 de octubre de 1072. De esta forma trágica concluyó el cerco y nació la frase no se ganó Zamora en una hora, que se utiliza para recomendar paciencia, ya que las empresas grandes y difíciles requieren largo tiempo.

NO TENER VELAS EN UN ENTIERRO:
Este modismo, siempre citado en sentido interrogativo y en segunda o tercera persona (“¿quién te dio o le dio velas en este entierro?”) , indica que la presencia de una persona o su intervención en determinado asunto no son bien recibidas, o que, simplemente, se consideran inoportunas. Tiene su origen en la antigua tradición, hoy en desuso, que se seguía en los entierros españoles, cuando la familia del fallecido entregaba velas a los familiares o a los amigos más cercanos con el fin de que las encendieran durante la ceremonia del funeral. “No tener vela en un entierro” significaba que la relación con el difunto no era muy directa o significativa.

NO TODO EL MONTE ES ORÉGANO:
Con este dicho, frecuentemente usado en el léxico popular castellano, se pretende indicar que un asunto no es tan fácil de resolver o que un posible negocio no es tan beneficioso como se piensa. También se aplica a una persona que no es tan simple o superficial como son las personas de su entorno o con las que se compara negativamente. En ambos casos el sentido es negativo y como tantos otros dichos populares proviene de la cultura agraria y previene al agricultor que espera encontrar fácilmente en el bosque las hierbas que él busca. Entre esas hierbas el orégano, por su escasez y utilidad, era una de las más apreciadas.

NUESTRO GOZO EN UN POZO:
Se aplica este dicho popular para indicar que se ha malogrado algo en lo que se habían depositado muchas esperanzas de éxito. Es habitual que en los cuentos y moralejas de nuestros ancestros aparezcan los pozos como sinónimo de búsqueda de cosas irrecuperables, como símbolo de desencanto. Es probable que el dicho fuera, simplemente, una moraleja con rima, como tantas en nuestro léxico castellano, con la que se quisiera expresar cómo la ambición sin medida puede acabar, como nuestras ilusiones, en el fondo de un pozo.

OJO POR OJO DIENTE POR DIENTE:
Esta frase, que consagra la venganza como un procedimiento jurídico, figura en dos de los 282 artículos del código sancionado por Hammurabi (1792-1750 a. C.), fundador del imperio babilónico. La menciona también el Antiguo Testamento al referirse a los actos de violencia. “Quien cometiere e delito", dice el texto bíblico, "pagará vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano y pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida y golpe por golpe". Cuando el agredido prefería que se lo compensara con dinero, tenía derecho a una suma, fijada de antemano de acuerdo con la gravedad del daño. Así, según la ley del talión del derecho romano, quien recibía una cachetada podía canjear ese golpe por un monto equivalente a 5 ó 6 dólares de hoy. El dicho, con frecuencia abreviado como “ojo por ojo”, no pasa en la actualidad de un modo de hablar. Un desahogo para el rencor. Y prueba de que la idea de devolver mal por mal es siempre tentadora. Pero ningún código moderno autoriza a desdentar o volver tuerto al ofensor.

OK:
Durante la Guerra de Secesión, cuando regresaban las tropas a sus cuarteles sin tener ninguna baja, ponían en una gran pizarra ‘0 Killed’ (cero muertos). De ahí proviene la expresion ‘O.K.’ para decir que todo está bien.

PACIENCIA, QUE LA ESTÁN PEINANDO:
Expresión popular muy utilizada cuando alguien nos mete prisa en relación a la finalización de un asunto o una tarea determinada. Equivale a 'peinar la baraja' que procede de la lengua de germanías del siglo XVI y cuyo significado es barajar despacio para que no haya trampas en el juego y que se ejecuta de la siguiente manera : tras cortar el mazo en dos mitades, se entremezclan las cartas, como el peine y el pelo. Cuando un jugador va perdiendo apresura al que baraja despacio, para tratar de recuperar lo antes posible lo perdido y de ahí surgió la expresión.

PACO:
Filólogos españoles en tiempos pasados escribian Francisco como Phrancisco y con el afán de "ahorrarse tinta" usaron la abreviación Phco. De aquí, que con sólo intercalar una "a" para hacerlo pronunciable, surgió la abreviación de Paco. Pero la idea más extendida es la que se remonta a San Francisco de Asis, fundador de la orden franciscana y primer abad, o como ellos le llamaban, Pater Comunitas (padre de la comunidad) y por lo tanto Paco sería un acrónimo de PAter COmunitas.

PAGAR A TOCATEJA:
Este dicho se utiliza para expresar que se va a pagar al contado, en efectivo y cada uno su parte, en el caso de que haya varias personas y varias cantidades que pagar. El dicho se remonta al siglo XVII, durante los reinados de Felipe II y Carlos II, cuando se acuñaron en Segovia unas monedas de plata que se denominaron "tejas" y estaban destinadas, normalmente, para pagar al contado las transacciones. El verbo "tocar" aparece en la composición del dicho con el sentido de "abordar" o "tratar el pago de una deuda", en este caso en efectivo (es el mismo sentido de tocar un tema).

PAGAR EL PATO:
Este modismo fue dicho contra los judíos. En la Biblia Castellana (1569), se explica así su origen: "Como los vocablos Torah y Pacto, usados por los judíos españoles, el primero por la Ley y el segundo por el concierto de Dios, por los cuales los españoles les levantaban (les acusaban a los judíos) que tenían una Torah o becerra pintada en su sinagoga, que adoraban; y del Pacto sacaron por refrán "Aquí pagaréis el pato". En cuanto a la palabra Torah, los cristianos dieron en decir que los judíos adoraban en sus sinagogas a una tora o novilla, y en algunas fiestas populares hacían mofa de ella."

Dichos populares 15

NACER CON UN PAN DEBAJO DEL BRAZO:
El origen de esta frase hecha, afortunadamente cada vez más en desuso, procede de la cultura campesina y está relacionado con la fortuna que, en los tiempos de escasez, advenía a una familia con el nacimiento de un hijo varón. El nacimiento de un nuevo miembro en la familia era considerado de manera optimista, ya que significaba una nueva fuente de trabajo y de ingresos, lo que es decir una nueva forma de prosperar y de aumentar la hacienda. Recalco lo del hijo varón, pues no se consideraba signo especialmente afortunado el nacimiento de una hija, como ha sucedido desde tiempo ancestral en China y en otros lugares del mundo.

NI A LA DE TRES:
Se utiliza esta frase hecha para indicar la imposibilidad de obtener un logro, a pesar de los esfuerzos realizados para conseguirlo. El origen de la locución procede del hecho de que en algunas ocasiones se utiliza la colaboración de varias personas, lo que se llama trabajo en equipo, para realizar una acción costosa, para lo cual se unen esfuerzos al compás de la expresión “a la una, a las dos y a las ... tres” y ese es el momento en el que se aplica la fuerza común, el esfuerzo máximo, para solucionar el problema. Cuando a pesar de los esfuerzos no se consigue el éxito sólo cabe lamentarse y decir “ni a la de tres”.

NO COMERSE UNA ROSCA:
Esta expresión se utiliza para indicar que no se ha conseguido el propósito que se perseguía. Su origen se remonta a la práctica de un juego en el que las golosinas son lanzadas al aire y sólo son atrapadas por los más hábiles y arrojados. Esta expresión ha sido modificada con el paso del tiempo y ahora se utiliza, especialmente entre los jóvenes españoles, en el sentido de no haber conseguido “ligar” (otra expresión de moda) con una chica o no haber obtenido de ella los favores amatorios que se pretendían.

NO DEJAR TÍTERE CON CABEZA:
Los títeres, por otro nombre marionetas, son figuras hechas en pasta, madera u otro material que, revestidas y adornadas caprichosamente, se accionan con hilos mediante algún artificio manual. En la actualidad, los títeres son un espectáculo para niños, pero en otras épocas, las representaciones se hacían también para recreo de los adultos, lo que explica que Nuestro Señor Don Quijote arremetiera como lo hizo contra el retablo de maese Pedro, en el que -en efecto- no dejó títere con cabeza. La expresión quedó en el lenguaje popular para calificar el destrozo que, por motivos airados, se hace de algo o alguien involuntaria e indiscriminadamente, aunque por analogía, la frase puede aplicarse también en el caso en que no haya ningún daño material, sino una severa reprimenda manifestada en forma oral contra una o más personas.

NO ES MOCO DE PAVO:
Cuando queremos ponderar la importancia de un asunto cualquiera, con frecuencia nos valemos de una comparación negativa y destacamos que eso "no es moco de pavo". El diccionario define moco de pavo como "apéndice carnoso eréctil que el pavo tiene sobre el pico". Pero el dicho del título proviene de cuando se usaba reloj con cadena. Ésta asomaba como una provocación para los ladrones, quienes aprovechaban las aglomeraciones para desprender el reloj y dejar la cadena que lo sujetaba. Dado el público del que salían los incautos (llamados "pavos" en la jerga del delito), esas cadenas eran de escaso valor, de modo que se quedaban colgando como cuelga el moco del ave. Hoy, se usan relojes de pulsera, la expresión ha perdido toda conexión con su origen. Pero basta escuchar que algo "no es moco de pavo" para que en seguida todos entendamos que no nos están hablando de ninguna p a v a d a.

NO ESTAR MUY CATÓLICO:
Dicho popular, evidentemente de origen religioso, que significa estar levemente enfermo o encontrarse con síntomas de alguna enfermedad. En otros tiempos el término “católico” era sinónimo de legal y bueno, como opuesto a hereje, ilegal y malo. En tal sentido el dicho parece hacer referencia a ciertos procedimientos inquisitoriales. Los inquisidores tenían la extraña creencia de que los sometidos a tortura si eran católicos, integrados en la iglesia de Roma, no se quejarían. Si los considerados herejes no se retractaban, tras estar sometidos a diversos suplicios, decían los verdugos : “este está poco católico, hay que torturarlo más”. Y así se hacía hasta que el reo acababa por admitir que la única iglesia verdadera era la católica y romana. Estar católico, por tanto, significaba estar perfectamente, y no estarlo, ser sometido a suplicio.

NO HAY MOROS EN LA COSTA:
Los moros, los árabes, estuvieron en España 700 años. Durante el reinado de los Reyes Católicos fueron expulsados definitivamente. Antes de esta época, asolaban las costas mediterráneas, atacaban por sorpresa y dejaban desesperación y muerte a sus espaldas.Estos continuos atropellos obligaron a formar compañías de jinetes armados que vigilaban para evitar posibles ataques. La frase con que se saludaban en el relevo era "no hay moros en la costa", que significaba: no existe peligro

NO HAY TU TÍA:
Expresión equivalente a decir: “no hay remedio”, “no hay solución”. Inmiscuyéndonos en el significado correcto de los dos últimos términos de la frase lo obtendremos enseguida. En realidad la locución no es correcta, es una alteración del dicho “No hay tutía o atutía”, pues la tutía o atutía era considerada antiguamente como medicamento de gran virtud para las enfermedades oculares. De hecho, ya el antiguo DRAE decía: “Atutía: género medicinal del que se constata la existencia de varias especies. La verdadera se origina del hollín que se eleva del cobre cuando se funde y purifica. De ella provienen varios compuestos medicinales, y la que tiene más nombre en las farmacias es la “atuthia” preparada.

NO SABER DE LA MISA LA MITAD:
Significa ignorar una parte o todo de un oficio o de una cuestión. Proviene de la tradición religiosa y alude a los clérigos legos que vivían en ignotos lugares o en apartadas poblaciones y que no estaban autorizados a celebrar misa, puesto que no habían estudiado en seminarios y desconocían el latín. La misión de estos legos, en realidad, se ejercía en el coro o en ayudar al sacerdote a decir la misa. En el lenguaje popular quedó, pues, la expresión en virtud de la incompetencia de estos legos que “no sabían de la misa la media”.

NO SABER NI J:
La J es una letra que viene del idioma Hebreo. Como en su forma escrita la J -que es la letra más chica de todas- forma parte de la estructura escrita del resto de las letras, “No saber ni J” significa no saber nada.

Dichos populares 14

METER EN UN EMBOLADO:
El término “embolado” es sinónimo de “asunto negativo, difícil o complicado”. Originalmente el término “embolado” significaba literalmente ‘poner bolas de madera en los cuernos de los toros’, tal como sigue sucediendo en la interpretación particular de la fiesta taurina en Portugal. En este sentido se utiliza de forma figurada, ya que la acción “meter en un embolado” supone entrometerse en un peligro, en un inconveniente, ya que hay que acercarse al toro para conseguir inutilizar sus armas que son los cuernos. Relacionada con esta expresión es la de “coger o tomar al toro por los cuernos”, o, figuradamente, afrontar con decisión un asunto de problemática solución.

METER LA GAMBA:
El término “gamba” es sinónimo de 'pierna' y en el sentido en el que se utiliza la expresión “meter la gamba” equivale a la locución vulgar “meter la pata”. El término “gamba” está documentado en el argot de los maleantes de los siglos XVI y XVII y, posteriormente, en la obra de Salinas “El delincuente español. El lenguaje”, de 1896. Procede del término italiano gamba ('pierna') que lo toma del latín vulgar “camba” ('pierna, referida a la de la caballería'). Así la expresión meter la gamba es un sinónimo de meter la pata, con el significado de “equivocarse”, “errar” en un asunto.

METERSE EN CAMISA DE ONCE VARAS:
El significado de esta locución es inmiscuirse una persona en lo que no le importa. Es dicho tomado de la ceremonia de adopción tal y como se celebraba en Castilla en la Edad Media y que consistía en meter el adoptante la cabeza del adoptado por una manga muy ancha de su camisa y, sacándole por el cuello, le daba un beso tras lo cual este quedaba adoptado como hijo. Son numerosas las expresiones que aluden a esta costumbre como, "hijo ajeno", "meterlo por la manga y salirse por el seno" y "entrale por la manga y salirse os ha por el cabezón". Bastús, cuenta en "La sabiduría de las Naciones", serie 1ª, nº 89, que esta ceremonia la realizó Dª Sancha Velázquez para adoptar a Mudarra González, que sería posteriormente el vengador de sus hermanos los Siete Infantes de Lara. Respecto al significado actual del dicho, como inmiscuirse uno en lo que no le importa, quizás haya que buscarlo en la experiencia de que las adopciones a veces no salen como uno espera, por lo que sería mejor dejar las cosas como están.

METERSE EN UN LABERINTO:
Esta expresión popular indica estar en una situación comprometida o de difícil solución. Aplícase a las conductas imprudentes o a los discursos cuya evolución se va complicando a medida que avanzan. El laberinto ha sido, desde la Antigüedad, un símbolo del estado del hombre en el mundo. Elaborado como un juego, como un enigma o como una trampa, el laberinto ha ejercido una poderosa influencia sobre el ser humano. La invención del laberinto se atribuye a Dédalo, escultor y arquitecto y personaje mitológico, hijo de Alcipe y Eupálamo. Expulsado de Atenas por la acusación de haber asesinado a su sobrino, se estableció en Creta donde inventó diversos ingenios, tales como el autómata de Talos y muy especialmente el Laberinto, un conjunto de corredores y pasadizos subterráneos tan bien ensamblados y organizados que quien en el penetraba no podía salir.

MIRARSE EL OMBLIGO:
Según leemos en la página “1de 3”, “mirarse el ombligo es abandonarse a la autocomplacencia y al egocentrismo”. El origen de este modismo proviene de una antigua costumbre de la Iglesia cristiana primitiva ideada por los monjes hesicastas de la ortodoxa griega. Usando una técnica de rezos integrada con la respiración, los monjes acostumbraban a dejar caer la cabeza durante la meditación y por ello se les conocía como “omphalopsy cho” u "observadores del ombligo", pues algunos creían que el centro del alma humana se encontraba en el centro del cuerpo, en el ombligo, al que, por otra parte, otorgaban importancia como nexo de unión con la vida.

MONTAR UNA ESCENA:
La expresión “montar una escena”, evidentemente relacionada con la lexicografía teatral, significa ‘reaccionar ruidosamente ante una situación negativa, llamar la atención de los presentes mediante gritos, aspavientos y otras manifestaciones expresivas’ y en el mismo sentido se utiliza la locución “hacer un numerito”. La expresión tiene su origen en el mundo del teatro en el que se expresan habitualmente experiencias humanas y sentimientos personales para ser contemplados por el público. De igual manera, la reacción airada ante una situación que contraría a una persona delante de otros se considera análoga a una representación dramática.

MORDER EL POLVO:
Esta expresión, tan usada en las películas y novelas del salvaje Oeste tiene, sin embargo, un origen mucho más antiguo. Los caballeros de la Edad Media, cuando se sentían mortalmente heridos en una batalla o en el lance de un torneo, tomaban un puñado de tierra y lo mordían, como beso postrero de respeto y despedida a la madre Tierra, que los había sustentado y que ahora iba a recibirles en su seno. Este ritual dio lugar a la expresión “morder el polvo”, que equivale a humillarse, a darse por vencido.

MORIR DE AMOR:
Se habla corrientemente de las agonías del amor, y el tema inspíra óperas, best-sellers, tangos, boleros y culebrones. La idea de que el sentimiento amoroso está fatalmente asociado con el final de la existencia nos viene desde muy atrás como lo prueban las lenguas más antiguas. Del indoeuropeo (lengua madre del sánscrito, el griego y el latín) heredamos la raíz wen- que significa desear intensamente, querer, amar. De allí viene Venus, nombre de la diosa del amor, de donde salió venéreo, que antes se refería al amor físico y hoy sólo se aplica a ciertas enfermedades sexuales. Y también venerado, persona idolatrada. Pero los filtros de amor y los sufrimientos atroces propios de un amor no correspondido hicieron que de la misma raíz wen- derivase además una palabra terrible, veneno. Así surgió la alianza entre las palpitaciones del corazón y su interrupción definitiva. Amar y morir quedaron unidos, sobre todo entre los románticos y los adolescentes, tan amigos ambos de las expresiones tremendas. Cuando "morir de amor " no va más allá de una manera de hablar, la sustituye una frase bastante más prosaica: “ hay amores que matan”.

MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES:
No es muy segura la procedencia de esta locución, aunque es sobradamente conocida en España una anécdota que podría explicar el origen del dicho. Según relato del conde de Clonard, en 1597 las tropas españolas tomaron la ciudad francesa de Amiens, merced a una treta urdida por el capitán Hernán Tello de Portocarrero, que vistió de labradores a dieciséis de sus soldados que hablaban muy bien el francés. Estos hombres penetraron en la ciudad provistos de sacos de nueces, cestos de manzanas y un carro de heno. Apenas entraron en la ciudad, uno de los soldados dejó caer voluntariamente uno de los sacos de nueces, lo que movió a los soldados franceses a recogerlas del suelo. Esta situación permitió a los españoles que sacaran sus armas de la carreta de heno y así consiguieron reducir a las tropas locales, permitiendo el asalto de una columna invasora. Posteriormente, los franceses recobraron la plaza, pero la astucia de la estratagema habría dado origen al dicho “ser más el ruido que las nueces”. Con el correr del tiempo, la frase pasó a formar parte del léxico popular, como manifestación de exagerada demostración de un hecho que no tiene tanta trascendencia.

MÚSICA CELESTIAL:
Desde la más remota antigüedad ha sido muy debatido el tema de la existencia o no, de tres clases de música: la instrumental, conocida por todos; la música humana, que reflejaría la armonía entre el cuerpo y el espíritu y la música celestial o mundana, también llamada "música de las esferas", considerada inaudible para los sentidos, pero que está determinada por la velocidad y distancia de los astros. Incluso, se llegó a afirmar que las siete notas de la escala musical se correspondían con los siete planetas del sistema Solar, mientras que las doce consonancias o series de acordes equivalían a los doce signos del Zodíaco. Para algunos, hasta se volvió motivo de preocupación averiguar si en el Cielo se cantaría esa música. Todas estas quiméricas conjeturas acabaron por dar origen a la expresión “esto me suena a música celestial”, que con el correr del tiempo se aplicó para desdeñar -por vanas e inútiles- aquellas promesas que se hacen envueltas en palabras sonoras, vanas y engañosas.

Dichos populares 13

MANTENERSE EN SUS TRECE:
Esta es una locución de origen controvertido. Mientras algunos sostienen que proviene de la obstinación con la que el antipapa español Pedro de Luna defendió sus derechos al solio pontificio bajo el nombre de Benedicto XIII, durante el cisma de Occidente, para otros es simplemente un modismo residual que proviene de cierto antiguo juego de naipes, en el que, a la manera del que nosotros conocemos como el siete y medio, la cantidad de tantos máximos para poder ganar el juego era "quince". De esta forma, sucedía con mucha frecuencia que el jugador, al alcanzar ocasionalmente los trece puntos y por temor a pasarse de la cantidad ideal, rehusaba pedir otra carta y se plantaba en ese número, el trece. Sea cual fuere el origen de la locución, la expresión “mantenerse en sus trece” ha pasado al lenguaje popular como sinónimo de terquedad y persistencia porfiada en mantener una opinión contra viento y marea.

MARCARSE UN FAROL:
La frase hecha “marcarse / echarse / tirarse un farol” significa ‘mentir, exagerar’, digamos que estratégicamente. Tiene su origen en ciertos juegos de cartas, como en el “póker”, en los que un “farol” es la mentira “estratégica” que expresa un jugador acerca de las cartas que tiene o, más bien, que dice tener, haciendo una apuesta exagerada y osada, de manera que el resto de los jugadores se queden deslumbrados (de ahí el origen de la palabra) y retiren sus apuestas o jueguen sin demasiada fe en el triunfo de sus cartas.

MARCHARSE O DESPEDIRSE A LA FRANCESA:
Haciendo porte de histórica mala educación , en Francia, durante el siglo XVIII se comenzó a estilar marcharse de una reunión o de la mesa sin saludar, ni siquiera hacer el menor gesto de cortesía. Con el tiempo esta práctica se generalizó tanto que marcharse saludando comenzó, irónicamente, a convertirse en algo señal de mala educación.

MÁS FEO QUE PICIO:
Para ponderar la fealdad de alguien se dice que es más feo que Picio, supuesto personaje a quien de feo que era, al morirse le dieron la extremaunción con caña, por lo asustado que estaba el párroco. El autor José María Sbarbi asegura haber hablado con personas que conocieron a Picio, un zapatero de principios del siglo XX que vivió en el pueblo granadino de Alhendín. Se dice que este hombre fue condenado a muerte, pero que hallándose en capilla recibió el indulto. La impresión de la noticia le produjo la pérdida total del pelo, aparte de una serie de increíbles deformaciones en el rostro que le hicieron pasar a la leyenda española como símbolo extrremo de la fealdad física.

MÁS MORAL QUE EL ALCOYANO:
Esta expresión popular, que tuvo su origen en los ambientes futbolísticos españoles de la década de los cincuenta del pasado siglo, se suele utilizar para alabar el empeño y la fé de una persona en el logro de un objetivo aparentemente imposible de conseguir. Su origen, como decimos al inicio, data de los años cincuenta, tras un partido de fútbol disputado en la bella ciudad alicantina de Alcoy. La historia cuenta que casi al final del encuentro el equipo del Alcoyano iba perdiendo en casa por 13 goles a 0. A pesar del resultado adverso, los jugadores del equipo ponían tanto empeño en remontar como si el partido acabara de empezar. En realidad, tal versión no es correcta : la frase hace alusión a la primera y única temporada en la que el citado equipo del Alcoyano militó en la Primera División de la Liga española, contando por goleadas en contra la mayoría de los partidos disputados, tanto en su campo como en campo ajeno.

MÁS VIEJO QUE MATUSALEM:
Dícese de algo o de alguien de muy avanzada o provecta edad. Alude a la mítica longevidad del patriarca de la Ley Antigua de los hebreos, llamado Matusalem al que hace referencia el Libro del Génesis (cap. 5º. vers. 25, 26 y 27): "Matusalem vivió 187 años, y engendró a Lamec. Y vivió Matusalem después que engendró a Lamec, 782 años, y engendró hijos e hijas. Con lo que todos los días que vivió Matusalem fueron 969 años". El tal Matusalem, si es que existió, debió nacer, según las Viejas escrituras de los judíos, alrededor del año 4227 y debió morir, siempre hipotéticamente, sobre el año 3308 a. de C. y fue abuelo del patriarca Noé, según siempre las citadas Escrituras. Es de advertir que en aquella época el cómputo de los años difería del actual y que la media de la mortalidad del hombre podría alcanzar, siendo muy optimistas, los cincuenta años. Muy sanísimo debió estar el tal Matusalem y en cuanto a lo de engendrar tantos hijos y a tan provecta edad, mejor correr un tupido velo.

MATAR AL MENSAJERO:
Este dicho popular se utiliza en el sentido de acusar a una persona que da una mala noticia de ser el origen o la causa de los males que cuenta. También se utiliza para lamentar la injusticia y el desagradecimiento de las personas que reciben una mala nueva por su ira contra el mensajero. Se trata de una costumbre ancestral, referida ya en los más antiguos libros sagrados : el portador de malas noticias era castigado y sometido a escarnio. En ocasiones, se ahorcaba al mensajero o se le cortaba la lengua o la cabeza. En Grecia y Roma continuó tan desafortunada tradición. Durante la Edad Media era frecuente azotar a los mensajeros que traían desagradables comunicados. Por el contrario, el mensajero que portaba buenas nuevas era agasajado y tratado con honores.

ME LO DIJO UN PAJARITO:
En Grecia y Roma, sobretodo en la última, se creía que los pájaros, al ser dueños del vuelo, poseían características magnificas de percepción. Como con el tiempo comenzaron a ver que ante una tormenta severa las aves eran las primeras en evacuar la región, los romanos, las designaron como portadoras del saber futuro. De hecho el rito de los Augurios, donde se intentaba predecir el futuro, se basaba en observar el volar de los pájaros -al igual que lo hicieran Rómulo y Remo esperando ver 12 pájaros para fundar Roma-. De Aquí viene que el dicho “me lo dijo (contó) un pajarito” signifique que nos enteramos de algo “misteriosamente”.

MEA CULPA:
Sintácticamente, esta expresión de origen latino es un complemento circunstancial de causa y su traducción literal es “por mi culpa”. Sin embargo se ha substantivado, y cuando uno entona el mea culpa quiere decir que se está declarando culpable de alguna acción negativa. La expresión está tomada de la liturgia de la misa cristiana, cuando se decía en latín y el sacerdote se declaraba pecador y dándose tres golpes de pecho decía “mea culpa, mea culpa, mea maxima culpa”, que significa “por mi culpa, por mi culpa, por mi grandísima culpa”.

MOVER EL ESQUELETO:
Esta expresión castiza y muy extendida en España se refiere ni más ni menos que a la práctica del baile, de la danza, como ejercicio lúdico. Debe su origen, por asociación memorativa, a una vieja y marchosa canción que alegró los corazones y aligeró los pies de generaciones de jóvenes en aquellos tristes años de la postguerra española, el “Rascayú”, una de cuyas estrofas tenía esta letra: "El viejo enterrador hizo amistad / con muchos esqueletos / que salían bailando una sardana / y mezclaban sus voces de ultratumba / con el croar de alguna rana".

Dichos populares 12

LÁGRIMAS DE COCODRILO:
La imagen del cocodrilo ha tenido siempre connotaciones misteriosas, sobre todo en lo concerniente a la actitud del animal ante sus víctimas. Desde tiempos inmemoriales se ha sostenido que el saurio, para atraer a sus presas, emitía un extraño e insinuante gemido. Otros autores indican que, una vez devorada la presa, el temible reptil lloraba sobre los despojos de su comida, quizás afligido porque el festín hubiese terminado tan pronto y no falta quien asegura que suele comerse a sus propias crías, desconociendo en este caso que la hembra acomoda a los más pequeños dentro de sus fauces para llevarlos al río, donde luego los suelta para que comiencen a nadar por sus propios medios. Asimismo, se sabe que las famosas lágrimas de cocodrilo son una secreción acuosa que mantiene húmedos los ojos del animal, fuera del agua, pero no tienen nada que ver con el llanto, debido a que las glándulas salivales y las lacrimales de este animal están situadas muy cerca las unas de las otras y por eso se estimulan constantemente, lo que hace que al animal pueda llorar mientras come. Todo ello, sumado a la fantasía popular, sirvió para dar origen a la expresión “lágrimas de cocodrilo”, con la que suele aludirse al dolor fingido de alguien ante cualquier suceso desgraciado, dolor que no es tomado en serio por ninguna de las personas que lo contemplan.

LAS COSAS CLARAS Y EL CHOCOLATE ESPESO:
Cuando el monje español Fray Aguilar envió desde América las primeras muestras de la planta de cacao a sus colegas de congregación del Monasterio de Piedra, para que la dieran a conocer, al principio no gustó, a causa de su sabor amargo, por lo que fue utilizado exclusivamente con fines medicinales. Posteriormente, cuando a unas monjas del convento de Guajaca se les ocurrió agregarle azúcar al preparado de cacao, ese nuevo producto causó furor, primero en España y luego en toda Europa. En esos tiempos, mientras la Iglesia se debatía sobre si esa bebida rompía o no el ayuno pascual, el pueblo discutía acerca de cuál era la mejor forma de tomarlo: espeso o claro. Para algunos, el chocolate se debía beber muy cargado de cacao, por lo que preferían el chocolate espeso, o sea, "a la española"; para otros, el gusto se inclinaba por la forma "a la francesa", esto es, más claro y diluido en leche. Los ganadores, finalmente, fueron los que se inclinaron por el chocolate cargado, por lo que la expresión “las cosas claras y chocolate espeso” se popularizó en el sentido de llamar a las cosas por su nombre. Existe también alguna variante del dicho en comunidades como Andalucía, sustituyendo las “cosas” por las “cuentas”.

LAS PAREDES OYEN:
Es una locución de procedencia francesa, del tiempo de las persecuciones contra los hugonotes que culminó en la histórica "Noche de San Bartolomé" o "Noche de los cuchillos largos", episodio sangriento de las luchas religiosas que asolaron Francia en la segunda mitad del siglo XVI. El hecho fue promovido por Catalina de Médicis y el duque de Guisa quienes instigaron a los católicos a llevar a cabo una matanza de hugonotes (seguidores de Calvino), la noche del 24 de agosto de 1572. Según algunos historiadores, en aquellos tiempo, la reina Catalina de Médicis mandó construir, en las paredes de sus palacios, conductos acústicos secretos que permitieran oír lo que se hablaba en las distintas habitaciones, para así poder controlar cualquier conspiración en su contra. La frase “las paredes oyen”, con el paso del tiempo, pasó a ser utilizada como señal de secretismo y discreción acerca de lo que se dice en determinado momento y lugar para evitar los daños inherentes a su propalación.

LEVANTAR AMPOLLAS:
Aplícase al hecho, acción o circunstancia que de algún modo viene a causar una molestia o desazón notables. El significado de la expresión resulta de la comparación con el efecto que nos produce la aparición de una "ampolla ('el levantamiento de la epidermis que está llena de un líquido acuoso) en la piel. Esta expresión coloquial , de muy frecuente uso en el léxico popular español, suele utilizarse como sinónimo de asombro e indignación ante un acontecimiento o comportamiento humano sumamente desagradable.

LEVANTARSE CON EL PIE IZQUIERDO:
El uso de esta locución está referido a la superstición, en el sentido de “tener mala suerte”, atribuida en este caso al hecho de haberse levantado de la cama por el lado izquierdo. Al contrario que las expresiones que utilizan el término derecho/a, cuando se utiliza el concepto de izquierdo/a se le relaciona normalmente con la mala suerte (así los presagios de las aves que volaban por la izquierda, etc.) Tanto se cargó de sentido negativo la palabra que servía para designar la dimensión situada a la izquierda del centro (sinister), que acabó designando algo terrorífico, que da miedo (siniestro).

LIGERO DE CASCOS:
Dícese de la persona informal e irreflexiva, aunque también suele aplicarse a las mujeres de costumbres libres en asuntos amorosos, en la forma “alegre de cascos”. El modismo, acompañado por el verbo “ser” invariablemente, hace alusión a la primera acepción del término “casco” en el DRAE, cual es la caja encefálica del cráneo. Es así que el sentido literal del modismo se aplica a la persona de cerebro vacío o insustante, de cabeza liviana, del mismo modo que el término de “calavera” se aplica a las personas de poco juicio, de poco asiento, definición referida al juerguista. Con el término “casco” se construyen otros modismos tales como : *“Calentar los cascos” (a alguien), en el sentido de alborotar a una persona o hacerle concebir deseos o ilusiones. *“Calentarse, romperse o quebrarse los cascos” : cavilar o reflexionar mucho. *“Calentársele a alguien los cascos”, tal sería perder la paciencia. *“Levantar los cascos “ o “levantarse de cascos”, referido a la inquietud por la atracción sexual.

LLÁMALE HACHE:
Hasta el siglo XVI, la letra "h" en nuestro idioma castellano tenía un valor fricativo laríngeo y se la pronunciaba casi como una jota, lo que hoy solemos decir una "hache aspirada". Pero al hacerse átona por pérdida de ese sonido, cayó en desuso en el habla popular. Como consecuencia nació el modismo “llámale hache”, equivalente en el lenguaje coloquial a "da lo mismo una cosa que otra", o sea, que no es significativa la presencia o ausencia de la letra hache, por la carencia de valor fonético. Entre la juventud española de los años sesenta del siglo XX , la locución “llámale hache” se convirtió en una respuesta evasiva ante una pregunta inoportuna o de difícil contestación, dándole un leve toque de misterio matemático y convirtiéndola en “llámale hache y despejala”, en alusión a la X de las ecuaciones.

LLEVAR AL HUERTO:
Las expresiones homólogas “llevar al huerto” tanto como “llevarse al huerto”, significan conducir a alguien con engaño a una situación de la que se podía sacar provecho. En el Diccionario de Autoridades se lee: "Meter en la huerta. Frase que significa engañar a alguno valiéndose de medios que juzgue que redundan en su utilidad o gusto." La frase alude al prendimiento de Jesús en el Huerto de los Olivos, en el que Judas, con engaño, condujo a la situación propicia para capturarle. Otra versión de esta frase y con el mismo significado tiene su origen en los sucesos del “Huerto del Francés” en Palma del Río, Córdoba, al que fue conducido un ciudadano en los años treinta del pasado siglo para ser robado, asesinado y enterrado allí mismo. En el “Huerto del Francés” había una timba o casa de juego clandestina a la que eran conducidos los incautos ludópatas de la época para hacerles perder cuantiosas cifras de dinero.

LLEVARSE EL GATO AL AGUA:
Esta frase hecha significa ‘salir victorioso en una disputa’. Su procedencia más remota pudiera atribuirse a la época clásica, cuando griegos y romanos solían practicar un juego en el que dos equipos tiraban de los extremos de una cuerda, cuyo centro se encontraba sobre una charca o riachuelo; ganaba quien conseguía que los contrarios fueran arrastrados al agua, lo que en bastantes ocasiones solía suceder estando los jugadores perdedores “a gatas” porque habían perdido estabilidad al ser vencidos. La verdad es que no es muy convincente esta explicación del modismo, pero, rastreando por sucesivas posibles fuentes no hemos encontrado otra versión acerca del origen de la frase.

MANDAR A LA PORRA:
Antiguamente, en el ámbito militar, el soldado que ejecutaba el tambor mayor del regimiento llevaba un largo bastón, con el puño de plata y mucha parafernalia detrás, al que se llamaba "porra". Por lo general, este bastón era clavado en un lugar alejado del campamento y señalaba el lugar al que debía acudir el soldado que era castigado con arresto: "Vaya usted a la porra", le gritaba el oficial y el soldado, efectivamente, se dirigía a ese lugar y permanecía allí durante el tiempo que se mantenía el castigo. Posteriormente, fue cambiada la forma de castigo, pero la expresión mandar a la porra quedó en el uso del lenguaje del pueblo con un matiz netamente despectivo.

miércoles, 6 de junio de 2007

Actualización

Si que está esto muerto, ¿no? Si ya sé que prometi que escribiría a menudo y que he dejado varios post abiertos (como el de las extensiones firefox y los dichos populares) pero no tengo todo el tiempo que quisiera para hacer todo lo que tengo que hacer.

Lo de las extensiones firefox es que ni siquiera lo tengo escrito y claro tendría que ponerme a investigar ahora de cuáles son las extensiones que más uso y que pueden ser de utilidad, explicarlas, etc. Es mucho lio para el poco tiempo que tengo.

Lo de los dichos populares si que no tengo perdón porque las tengo ya escritas en un documento y sólo tendría que ir copiando un par de ellas al día (normalmente suelo poner 10 dichos) pero tengo q revisar la ortografía cada vez que las selecciono porque como algunos trozos están copiados literalmente de internet y algunas páginas no cuidan la ortografía...

Intentaría sacar un par de minutos al día para ir actualizando el blog que tampoco se pierde tanto pero esta última semana he estado enferma y las anteriores y las dos proximas voy a estar muy liada en el curro con las dichosas facturas!!!

Además que en septiembre me voy a presentar al examen de la certificación de java, me inscribi en mayo y todavia no he empezado a estudiar. Las primeras semanas porque todavia no era muy oficial y tuve problemas en el curro y no sabria si seguiría, luego empece un poco pero al estar mala se me quitaron las ganas y encima antes de apuntarme me estaba leyendo la catedral del mar y claro si tenia que decidir entre estudiar en ingles y hacer examenes tipo test tambien en ingles o leer el libro pues me decidia por el libro y claro no avanzaba en el estudio. Pero bueno me queda poco para terminar el libro, espero que este fin de semana ya lo termine y asi pueda empezar a estudiar ya en serio que es un montón de cosas y sólo tengo 3 meses con el verano en medio que a quien le apetece estudiar en verano??

Pues eso que el tiempo libre que tenga en casa lo voy a pasar estudiando o descansando del curro y lo que menos me apetece es ponerme con el ordenador, con lo cual para actualizar el blog utilizare las horas que me queden libres en el curro.

Hoy por ejemplo tengo muchas cosas pendientes pero las estoy sacando adelante y a pesar de estar entretenida se me esta pasando la mañana muyyyyy despacio y agobiante. A ver si se acaba ya el dia!!! Asi que a lo mejor por la tarde si sigo igual de agobiada escribo un poco más y sigo ampliando los dichos populares.

Ah y lo de las rutas... ahi sigue aparcado hasta que no solucione lo de las imagenes metiendolas en otro servidor y buscando información sobre ellas. Y mi web de rutas hace meses que ni la abro asi que ahi sigue parada al igual que el programa de recetas que estabamos haciendo Javi y yo que a ver si sacamos tiempo y podemos hacer una primera versión aunque tenga fallos y falten cosas que sé que a Franchu le hace ilusión tenerla ;)